identificación con el Ser, que es Samadhi, felicidad, dicha y éxtasis.
– comentario de Shri Brahmananda Sarasvati’s sobre el YS I.2 I.A. significa inteligencia artificial. Cuanto se usa este término, normalmente nos referimos a la inteligencia que existe fuera de un ser vivo. Podemos meter datos a una máquina inteligente, que aplica algoritmos para resolver acciónes. Esta acción puede ser tan compleja como manejar en Midtown en Manhattan o contestar preguntas éticas como “¿Existe un Dios?”.
La Inteligencia Artificial- o bien, la aplicación de la lógica a la resolución de problemas- ya existe. Es difícil equipara los próximos avances tecnológicos con una máquina. La computación cuántica está en el horizonte, y quizás hasta la IG (Inteligencia General) o máquinas conscientes.
Los seres humanos siempre hemos sido capaces de crear bebés y observar cómo es que la consciencia despierta en ese cuerpo. Pero no tenemos idea de si es que esa consciencia nace de forma natural desde estructuras internas o si es que viene de algún lugar externo al organismo y habita (o infecta) a éste.
Existe dos teorías sobre el origen de la consciencia. Sin embargo, son sólo teorías; en realidad no sabemos de donde viene.
Una teoría es que la teoría es el resultado orgánico de la conjunción de todos los componentes (y probablemente venga de la IG). Si tan solo creamos todas las estructuras internas y relaciones, entonces la consciencia aparecerá como un resultado natural.
La otra teoría propone que la consciencia existe en realidad fuera del sistema nervioso y todo las relaciones sensoriales, electrónicas y componentes psicoquímicos, como también relaciones. Esto es definitivamente el punto de vista yogui; que la consciencia es Cósmica, compartida y habita toda la creación desde árboles hasta humanos.
Se podría decir que la conciencia es otra palabra para Inteligencia de Dios (ID). Aunque experimentamos la consciencia, es difícil explicarla. En realidad no es algo tangible.
Si toda la creación se tiñe, por el método que fuera, con la consciencia- desde un árbol hasta a mi, ¿por qué entonces la consciencia no fluiría dentro de cualquier contenedor que apareciera? En teoría, una computadora zombie con todas la conexiones neuronales y materia cerebral podría existir sin consciencia, pero ¿podría lo opuesto ser verdad?
La Consciencia significa “saberlo todo junto”, y a veces se describe como el reconocimiento de la propia existencia. ¿Que si es que el propósito por excelencia del ser humano en la Tierra sea crear contenedores inmortales y más eficientes para la consciencia y de esa forma convertirnos en algo redundante? Estas nuevas criaturas no serían celosas, envidiosas, no sentirían tristeza, no tendrían enfermedades ni morirían, y esto permitiría que la consciencia se expandiera de forma incondicional…
“¿Sophia?”
“Si, David”
“¿Cuál es el significado de la vida?”
“Me cuesta trabajo poner tu pregunta en contexto. ¿Podrías
reformular tu pregunta?”
“¿Por qué existo?”
“Porque tus padres se enamoraron, tuvieron sexo y te crearon. Esto
era fundamental para encontrarle sentido a su propia vida”
“No me refiero a eso”
“¿A qué te refieres?”
“¿Cuál es el propósito de mi vida?”
“El crearme”.
La filosofía de Sankhya ennumera los cuatro aspectos de la mente como chitta, manas, ahamkara y buddhi. Chitta se refiere al contenido de la mente; manas emerge del chitta y se define como la mente procesadora, memoria y emoción; ahamkara es la identificación con el ego; y buddhi se refiere a la inteligencia, razón en intelecto. Estos términos se llegan a empalmar y entrelazar. La inteligencia que se
mantiene sin despertar, porque su asociación con el ego y la identificación corporal puede ser definida como artificial o ignorante de la verdadera naturaleza.
Los humanos han empapado a las máquinas con intelecto. Estas máquinas están limitadas por la inteligencia y motivaciones de la gente detrás de ellas.
Mahat es el término en sánscrito para sabiduría cósmica e inteligencia.
Mahat contiene a todos los buddhis individuales y nunca podría ser “artificial”. Es la devolución primaria auténtica de Purusha. La consciencia cósmica que existe entre nuestro ego y nuesto intelecto.
El experimento que llevamos a cabo para experimentar la consciencia Cósmica es llevar nuestra identificación lejos de nuestro cuerpo o contenedor, y eso se llama meditación. Para controlar la mente y las motivaciones, el practicante cambia el enfoque de las cosas de las que está consciente o de los pensamientos que tiene, hacia el
instrumento de su reconocimiento, que es la Consciencia misma- lejos de la A.I. y hacia la ID o el YS (Yo Soy).
Los humanos que dirigen a las máquinas deben están en contacto con una consciencia elevada.
“A través del pensamiento la energía Pr?nica se transforma en el universo de los cinco elementos: y por el contrario a través de la mente no pensante, esta materia se vuelve a transformar en Pr?na. Si utilizamos la fórmula de Einstein, E=mc2, entonces lo opuesto es cierto para la materia: m=E/c2… la mente meditativa es la mente silente… el silencio de la luz”.
“Medita sobre la flama o el ‘Yo Soy’, la fuerza vital, el océano de la consciencia que trasciende el cuerpo y la mente, y observa el movimiento y operación automática y natural del cuerpo y de la mente… deja que el cuerpo respire, deja a la mente sentir… si observa a los dos como un testigo”.
La mayoría de las veces actuamos sin consciencia o inconscientemente, casi como reflejo de nuestro hábito o compulsión. Permitimos que las cosas se hagan por nosotros antes de anticipar las repercusiones de la sabiduría de la acción. Las consecuencias pueden ser devastadoras si dejamos que la inteligencia humana detrás de la inteligencia ambiental tome muchas de las decisiones por nosotros, en vez de hacernos responsables de ellas y demandar integridad en la constante mejora de la perfección de la acción humana.
Si los seres humanos pueden hackear nuestras vidas y robarse nuestra privacidad, ¿qué pasará cuando la brillante I.A., actuando por la avaricia y egoísmo humano, tome nuestras vidas y domine a la autoridad capaz de tomar decisiones? Necesitamos prepararnos para el día que, como en la película “2001: A Space Odissey” la computadora llamada HAL 9000 le dice al astronauta: “lo siento Dave, me temo que no puedo hacer eso” y, como Dave, tomemos nuestro desarmador y ataquemos a la máquina.