De la compasión a la acción

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De la compasión a la acción.

A veces, sentir compasión no es suficiente. Tenemos que actuar.

En un mundo en el que las modas vienen y van, nos encontramos luchando por mantenernos vigentes, la compasión puede resultar como la característica menos práctica.

Hay momentos en nuestra vida en las que nuestras circunstancias parecen ser sofocantes y nos hacen sentir que nos cuesta trabajo mantenernos a flote. Muchas personas experimentan su propia vida como ajenas a ella y renuncian a su poder de elegir.

Constantemente nos estamos alimentando. Ya sea de la publicidad, libros, vibras, relaciones, comida, redes sociales o pensamientos, estamos en un estado perpetuo de consumo.

Cuando éramos bebés, no teníamos elección sobre lo que nos daban de comer. No existía un entendimiento o discernimiento que nos ayudara a guiar nuestras acciones, así que dependíamos de alguien más para tomar decisiones por nosotros.

La mayoría de las personas adultas puede tomar una decisión sobre su propia vida pero, ¿cómo es entonces que elegimos sufrir? ¿Por qué elegimos alimentarnos de aquello que nos hace sentir desconectados?

Yoga nos enseña que somos parte de un todo, y que lo que sea que hagamos, tiene un eco que afecta a ese todo.

El “yo” y el “otro” son conceptos creados por nuestra mente como una noción convencional para comunicarnos mejor cuando se trata de una percepción ordinaria. Pero hemos internalizado esas nociones al grado que nos lleva a un mal entendimiento acerca de la verdad. Tendemos a apegarnos a estos conceptos y a la dualidad del yo y el otro, bien y mal, de moda o pasado de moda, tu y yo, animal y humano, ellos y nosotros.

A través de la práctica de yoga, aprendemos también que nuestra meta es darnos cuenta de nuestra verdadera naturaleza, que se basa en el amor y la compasión. Nuestras decisiones no son “solo decisiones”, son pasos que damos hacia el entendimiento de nuestro verdadero Ser.

Cuando entendemos que nuestros patrones de alimentación nos transforman, cambiamos nuestro enfoque de la dualidad y empezamos a experimentar yoga o unión.

Tenemos el poder de decidir si es que queremos compasión en nuestras vidas o no. Nadie te ha quitado ese poder.

Cuando llegamos al entendimiento de que somos amorosos y compasivos por naturaleza, dejamos de apegarnos al sufrimiento. Para tener amor, compasión y paz en nuestras vidas, tenemos que estar dispuestos a ofrecerlas a otros primero.

El vegetarianismo (veganismo), es una decisión en la que la compasión está presente en todo momento.

Para transformar nuestro mundo y nuestras vidas, necesitamos conectar con la fuente de fuerza y poder verdadero. Esa fuente es el amor incondicional.

Un entendimiento por sí solo no es suficiente para transformarnos, se necesita el amor.

El raciocinio e intelecto en sí, no es suficiente para cambiar al mundo, necesitamos transformarnos en seres compasivos, pero necesitamos actuar de esta forma.

La forma de actuar es decidiendo.

Mi padre solía contar una fábula todo el tiempo, y ella se me quedó grabada. Se trataba de un hombre que le contaba a su nieto sobre el combate entre dos lobos majestuosos. Uno de esos lobos estaba hecho de arrepentimiento, miedo, odio, avaricia, auto-victimización, ego y arrogancia. El otro lobo estaba hecho de alegría, paz, humildad, compasión, fe y benevolencia. El nieto apoyaba al lobo “bueno”, cuando el hombre se levantó y dejó la historia a medias. “Abuelo, espera. ¿Quién ganará?”, preguntó el niño. “Aquel al que tú alimentes”, respondió el hombre.

En palabras de Thich Nhat Hanh “la compasión es una fuente de energía poderosa, abundante y sabia. Esta energía es la que nos moverá hacia la acción”.

La compasión y la no violencia -ahimsa-, se puede cultivar en las acciones más pequeñas, haciendo que cada respiración sea una elección compasiva.

La práctica de una vida y un consumo compasivo es una práctica poderosa que podemos aplicar y potenciar en cada aspecto de nuestra vida.

El vegetarianismo es consumo compasivo y una forma de verdaderamente practicar lo que predicamos como yoguis: Lokah Samasta Sukhino Bhavantu- que TODOS los seres en todas partes sean felices y libres.

Nuestras decisiones de comer, tomar, vestir y vivir compasivamente son la llave a una vida de paz. Actuar, pensar y hablar compasivamente son una declaración política verdadera que dice más que mil palabras y dice que tienes el poder de decidir, por lo tanto, eres un miembro activo no solo de tu vida, sino del todo al que perteneces.

Nadie tiene más poder que tú para cambiar el mundo.

Para terminar con nuestras luchas, tenemos que aprender a superar el miedo, rencor y arrepentimiento y empezar a actuar desde el amor.

La compasión ES acción. Tus elecciones importan. ¿A qué lobo alimentas?