Sobre la dignidad

by Maria Macaya |
September, 2018

La dignidad y el respeto son dos conceptos muy similares, cuando los aplicamos a uno mismo. Ambos implican ser valorado, ser tratado con atención y consideración. Sin embargo, hay una diferencia esencial entre el respeto y la dignidad: el respeto se tiene que ganar: tienes que hacer algo para merecerlo. Por otro lado, la dignidad, es decir, ser tratado con dignidad, es algo inherente a todos, es algo con lo que naces. La mereces sin que tengas que hacer nada, sencillamente porque eres. La mereces desde el día que naces hasta el día que mueres, independientemente de lo que haces entre medias. Un bebé que aun no ha hecho nada, merece ser tratado con dignidad; y un preso también merece ser tratado con dignidad, (y ello no es incompatible con que rinda cuentas por las acciones cometidas, son dos cosas diferentes).

¿Y qué es la dignidad? ¿Qué implica? La psicóloga Donna Hicks, que durante años trabajó en la resolución de conflictos internacionales, ahora basa gran parte de su trabajo en esta idea: la dignidad. Según ella, hay diez actitudes fundamentales que ayudan a preservar la dignidad de quienes nos rodean:

  1. Aceptación de la identidad: aceptar la identidad y la razón de ser de todos y cada uno, sin importar quiénes sean, no ver a nadie como inferior o superior. No juzgar.

  2. Reconocimiento: validar las cualidades únicas y la forma de vida de los demÔs. Reconoce al otro por lo que hace y piensa. Esto incluye el concepto de linaje.

  3. Atención: asegurar que todos los de alrededor se sienten vistos, escuchados y respondidos.

  4. Inclusión: hacer que todos los seres sientan que pertenecen, no permitir que nadie se sienta excluido.

  5. Seguridad: garantizar que todos los que nos rodean se sienten seguros en nuestra presencia, tanto emocional como fĆ­sicamente, independientemente de lo que hacen o piensan.

  6. Equidad – Tratar a todos los seres de manera justa e igual.

  7. Independencia y libertad: empoderar a aquellos que nos rodean, no fomentar la dependencia.

  8. Comprensión: saber que lo que otros piensan, dicen y hacen, importa.

  9. Beneficio de la duda: la clĆ”sica expresión “es inocente mientras no se demuestre lo contrario”.

  10. Rendición de cuentas: discúlparse, aceptar y admitir nuestros errores delante de uno mismo y de los demÔs, especialmente delante de aquellos que se hayan visto afectados por los errores cometidos.

Hay multitud de conceptos en filosofĆ­a del yoga que hablan de estas ideas: los yamas (ahimsa, no daƱar, o asteya, no robar). EstĆ” la idea del dharma: encontrar y seguir nuestro camino y respetar el camino de los demĆ”s. EstĆ” el concepto de karma: ser responsable de nuestras acciones. Por Ćŗltimo, (aunque nunca se puede decir “por Ćŗltimo”, porque ideas que nos traen los textos antiguos hay muchĆ­simas mĆ”s), estĆ” el mantra que tan a menudo usamos en Jivamukti: ā€œlokah samastah sukhino bhavantuā€ – ā€œque todos los seres en todas partes sean felices y libres, y que mis pensamientos, palabras y acciones contribuyan de alguna manera a esta felicidad y libertad para todosā€. La dignidad es la palabra del profano para muchos de estos conceptos que cuando nos embarcamos en este camino yóguico tratamos de hacer nuestros.