A menudo sucede que algún tipo de emprendimiento o negocio nuevo encuentra ciertos obstáculos en su camino. Y entonces tenemos una elección: continuar explorando esta área, descubriendo algo nuevo, estudiándonos a nosotros mismos, superando ciertas dudas, o abandonar desde el principio sin siquiera intentarlo.
Ganesha, también llamado Ganesh o Ganapati, el dios con cabeza de elefante, es conocido como el dios de los comienzos y el eliminador de obstáculos – Vinayaka.
Pensemos, cuando en nuestro camino todos los obstáculos son eliminados, por un lado, esto permite avanzar muy rápido, pero quien elimina los obstáculos también puede crearlos, y esta también es una gran oportunidad para reafirmarnos en la intención de nuestros logros. Después de todo, a menudo valoramos justamente aquello que conseguimos con cierto esfuerzo o con el aprendizaje de nuevos conocimientos que nos desarrollan. Y entonces se nos revela el valor del tiempo y esfuerzo invertidos.
Los elefantes tienen una memoria muy desarrollada y un alto coeficiente de encefalización, lo cual caracteriza el desarrollo de la inteligencia y, posteriormente, es este indicador el que permite que los recuerdos a corto plazo se conviertan en recuerdos a largo plazo. Esto les ayuda directamente a sobrevivir: si una manada de elefantes sobrevive a una sequía, el elefante bebé puede recordarlo, y ya en la adultez, reconocer signos de una sequía inminente en la región y abandonar ese territorio.
Según una versión, Ganesha es el hijo de Shiva y Parvati; existen otras versiones, y una de ellas dice que Ganesha fue creado por la Madre Tierra a partir de ubtan (se utiliza en la India antes del jabón), como su propia protección. Incluso en el chakra Muladhara, que representa el elemento tierra, Ganesha es considerado su deidad. Por eso, Ganesha es el protector del elemento tierra. Después de todo, mucho nos llega de la tierra: alimento, hogar, bienestar y nuestro cuerpo. Se cree que nuestro cuerpo está compuesto de los mismos elementos que el planeta Tierra, al cual se le llama “terrenal”. El cuerpo humano es una envoltura muy exitosa para el alma nacida en él. En muchos textos védicos se menciona que incluso los dioses desean recibir un nacimiento humano, porque solo en este planeta, en la Tierra, se puede alcanzar un cierto nivel de desarrollo espiritual. La Tierra nos da todo lo necesario para hacer que nuestro viaje terrenal sea cómodo, proporcionando para cada ser vivo. Existe otra conexión: nuestro cuerpo, como una especie de planeta, es hogar de millones de bacterias y virus que viven en su superficie y dentro de él. Su existencia depende directamente de la existencia del cuerpo, como nosotros dependemos de la Tierra y de su bienestar.
La memoria es una de las actividades de nuestra mente y conciencia, descrita en los Yoga Sutras de Patanjali (YSP 1.11). La memoria es la evocación de objetos experimentados. Sin ella, no podríamos aprender de la experiencia. Y todas estas cinco modificaciones mentales, que son dolorosas o indoloras (YSP 1.5), se controlan mediante la práctica y el desapego.
Nuestro cuerpo es un planeta en sí mismo que tiene su propia historia y memoria de las acciones realizadas, en las cuales podemos apoyarnos al enfrentar nuevas circunstancias y dificultades. Es gracias a superarlas que descubrimos nuevas tierras y cualidades. La memoria de nuestro cuerpo es única, y es importante convertir la experiencia en sabiduría, pues esta nos brindará las claves para nuevos descubrimientos. Cuidar el cuerpo y ser respetuosos con él permite dominar más habilidades y trasladar esta experiencia del Espíritu a nuevas encarnaciones. Siempre podemos referirnos a la Tierra como planeta y proyectar lo mismo a nuestro propio planeta interno: cuidado, respeto e interés por los tesoros que se ocultan en su superficie y en su interior. Es la memoria la que nos permite no perder este hilo de interconexión, mostrando sabiduría a través de situaciones ya vividas. Al igual que la historia de la Tierra, nos enseña a evitar errores del pasado y a ser más cuidadosos con sus recursos hoy.