“Felicidad incomparable”… Piénsalo por un momento; una felicidad tan grande que supera toda la felicidad que jamás hayas sentido. Suena increíble, ¿no? ¿Podría alguna vez experimentarse algo así en los ámbitos de la vida humana?
Principalmente cuando nos sentimos felices por algo, sabemos que el sentimiento no durará para siempre. Por muy contentos o felices que nos sintamos por algo en el momento, eventualmente desaparece y comenzamos a buscar cosas nuevas para disfrutar. Esta búsqueda constante del placer y el alejamiento del malestar es lo que la mayoría de las tradiciones espirituales consideran la principal causa del sufrimiento humano. Una felicidad “normal” causada por circunstancias externas o por gratificaciones sensoriales nunca puede durar porque lo que la causó es por naturaleza temporal. Entonces, ¿cómo podemos encontrar una verdadera felicidad duradera?
Patanjali nos ofrece la práctica de santosha como el segundo niyama mencionado en el sutra 2.32. La palabra sánscrita “santosha” significa algo así como “satisfacción real”: el prefijo “sam” significa total o enteramente y “tosha” (de la raíz “tus”) significa contentamiento, satisfacción y aceptación. Los niyamas son virtudes o hábitos recomendados para vivir una vida sana y saludable, lo que lleva a una relación más positiva con nosotros mismos. O como dice Sharon Gannon, “Lo que se debe hacer” en relación con “Lo que no se debe hacer” de los yamas. El objetivo de un hábito es que se produzca de forma regular. Entonces, para obtener realmente los beneficios de los niyamas, es importante incorporarlos a nuestras vidas como parte de nuestra rutina diaria normal.
Una forma de entender el concepto de santosha la podemos encontrar en una historia de la mitología hindú donde santosha se personifica como el hijo del dios Dharma y la diosa Tushti. “Dharma”, de la raíz sánscrita dhr- significa “aquello que mantiene unido” y se define como deber, ley y vivir según el camino de la sabiduría. Tushti significa satisfacción. A partir de esto, entendemos que santosha es una experiencia de satisfacción que se basa en la sabiduría y el deber, y no solo en sentirse bien con las cosas en un nivel superficial. El Dharma es el principio básico de la existencia cósmica y la sabiduría es estable por naturaleza, por lo que santosha es una felicidad estable, no sujeta al cambio eterno de la naturaleza.
Según la escritura ‘Yoga Vāsiṣtha’ satisfacción, es uno de los cuatro soldados que guardan las puertas a la liberación: moksha (los otros son la paciencia, la autoindagación y la asociación con los sabios). Por lo tanto, para alcanzar la liberación, primero debes entablar amistad con la satisfacción. El estado de liberación a menudo se describe como “la unidad del ser” y lo que se experimenta allí es la identificación con el verdadero Ser, que es diferente de la identificación con el pequeño ego. El gurú de nuestros maestros, Shri Brahmananda Saraswati, dijo una vez que el yoga es “el estado en el que no te falta nada, total y completo, sintiéndote bien, el océano de nectarina”.
Cuando practicamos algo de manera constante a lo largo del tiempo, nos establecemos cada vez más en la práctica, y ahí es cuando finalmente comenzamos a obtener resultados. Según el sutra 2.42, el resultado de una práctica constante de santosha es la felicidad suprema o incomparable; ‘anuttamah sukha’. ¿Cómo practicamos el contentamiento? Cultivando continuamente una mente libre de antojos y deseos y, en cambio, concentrándonos en encontrar la paz interior. Aceptando el mundo tal como es y agradeciendo lo que ya tenemos. Dejando de querer siempre más o algo más de lo que ya tenemos. Esto está estrechamente relacionado con otra práctica yóguica, llamada “vairagya”, mencionada en el sutra 1.12 (“abhyāsa-vairāgyabhyāṁ tannirodaḥ”) y uno de los temas principales del Bhagavad Gita. Según esta idea, la clave para calmar una mente inquieta reside en el desapego o el desinterés por los objetos mundanos. Poco a poco empezamos a darnos cuenta de que la fuente de la felicidad está dentro de nosotros, por lo que no hay nada que captar del exterior. La satisfacción se desarrolla desde adentro hacia afuera. Edwin Bryant dice en su libro ‘Los Yoga Sutras de Patanjali’: “Cualquier felicidad que pueda haber en el disfrute en este mundo, y cualquier felicidad mayor que pueda haber en el mundo celestial, no equivalen a una decimosexta parte de la felicidad obtenida con la cesación del deseo”.
The magic ten and beyond